El proyecto no solo nace bajo las premisas descritas, tales como el ahorro energético o el cambio a una tecnología led más duradera o que ofrece más posibilidades de maniobra que la descarga, sino que, además, y puestos a elegir se aprovecha para actuar en uno de aquellos túneles en los que por sus dimensiones y geometría, la distribución lumínica en la calzada con la descarga fuera previsiblemente mejorable si se cambiaba a led. En tales condiciones el túnel escogido fue el Túnel de Joanet situado en la Autovía C-25 y, en concreto, el tubo unidireccional en el que los vehículos circulan sentido Vic.
El citado túnel tiene 1394 m de longitud y está provisto de 3 carriles de circulación con un ancho total de 10.8 m, con arcenes a ambos laterales de 0.5 m y aceras a ambos lados de 1 m. Además, los proyectores sitúan en un solo lateral (lateral rápido), montados en una bandeja en distribución unilateral, situados dentro del carril a 1.4 m del inicio del mismo y a 5.65 m de altura. A nivel lumínico, el reto en este túnel era mejorar las condiciones lumínicas del carril lento (el más alejado al punto de instalación de los proyectores), más cuando ese carril, el lento, soporta la gran mayoría de tránsito de vehículos pesados y de gran tonelaje.
Las empresas fabricantes que optaron al desarrollo de la solución concentraron sus esfuerzos en tres puntos básicos; optimización de la potencia total instalada, mejora de las condiciones de uniformidad, sobre todo en el carril lento minimizando los posibles deslumbramientos, y una tecnología led fiable, duradera y con capacidad de integrarse en el sistema de gestión y regulación que el túnel tenía ya actualmente. Finalmente, la solución de Tungsram fue la ganadora y por tanto la elegida.